PUBLICADO EN: ELPAÍS.com
Fecha: 07 /02 / 2010
El coche apenas lo toca. Tiene uno, pero le parece «una desgracia» tener que usarlo cuando se va a tocar fuera de Madrid. «Sólo para eso», dice. Para el resto, en bici o andando. Christina Rosenvinge llega en su bici con sillita para niños a la entrevista. Siempre intentando tomar calles peatonales, «para molestar menos y correr menos riesgos». Hace cuatro años que se mueve por Madrid con ella, incluso para salir de noche. «Bueno, si tomo alguna copa, vuelvo a casa andando», señala con media sonrisa.
Debe estar conectado para enviar un comentario.